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María
Rosa Ferazzi, por Sandra Bedetti.
Quizás era lo que esperaban de ella, la sociedad formaba mujeres
que supieran coser, tejer,
bordar…; pero más allá de esto, en ella siempre existió "eso" que a cada
uno nos hace especial
y que nos proyecta, lo que nos permite expresarnos sin decir palabras,
solo con nuestras manos.
Pero también había en ella la necesidad de enseñar; por eso fue, desde
que lo descubrió, docente
y artista, una no podría ser separada de la otra.
Siempre participó de talleres donde tomó contacto con distintos materiales
que la llevaron
constantemente a experimentar nuevas técnicas y el manejo de cada una
de ellos.
Comprobó que la libre expresión le daba la oportunidad de mostrar su creatividad
en un lenguaje
renovado y su sensibilidad ante los cambios y los colores que la vida
nos presenta.
En el tiempo que vivió en Chile, conoció una técnica que se caracteriza
por el manejo de texturas
a través de lanas, aplicado al bordado llamada LANIGRAFIA. Esta técnica
resume todo lo trabajado
por ella hasta ese momento y con la que se siente tan identificada, que
la adopta y comienza
a transitar un camino lleno de experimentación, búsquedas y reconocimiento.
Y con el tiempo todo se complementó; la docencia que aún ejerce
en un jardín de San Andrés
del distrito de Gral. San Martín y la que ejerce con alumnas a las que
les permite expresar
ese lenguaje interno. En ellas despierta la pasión por lo que hacen y
las lleva a mirar con otros ojos
todo aquello que las rodea,
descubriendo colores, texturas, luces, sombras, matices y la fuerza
de la naturaleza que cada uno guarda en su memoria y necesita de alguien
que, como ella,
les permita descubrir a través de la emoción de realizar lo que perdure
y dar alegría a quienes
nos rodean. Pero por sobre todo a uno mismo, por descubrir lo que estaba
encerrado dentro
de nuestra alma.
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